viernes, 19 de septiembre de 2014

PROPUESTA DE GESTIÓN AMBIENTAL PARA CONSERVAR ESPECIES AMENAZADAS EN ARAUCA Y CASANARE OBC

El oleoducto Bicentenario de Colombia y el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt suscribieron un convenio que propende por   la conservación de especies amenazadas, en los departamentos de Arauca y Casanare.

Un anuncio en ese sentido del gerente del OBC, Fernando Gutiérrez, ratificado por la directora del Instituto Humboldt,  BrigitteBaptiste, señala que el viernes 1 de agosto de 2014 se firmó el contrato de consultoría ‘Conservación de especies amenazadas en el área de influencia del Oleoducto Bicentenario: un enfoque de gestión empresarial de biodiversidad y servicios ecosistémicos’.

El propósito de ese proyecto consiste en que el instituto elaborará una propuesta acorde con los lineamientos de la política de gestión integral de la biodiversidad, con la fuerza necesaria para convertirse en un referente de gestión sectorial. El diagnóstico social y ecológico en el área de influencia del oleoducto comenzará con la formulación de la estrategia de uso, conservación y manejo de poblaciones de tortuga charapa y morrocoy (requerimiento previsto en la licencia ambiental de oleoducto Bicentenario), ligado a un análisis que permita definir políticas de conservación y gestión más acertadas y aplicadas a la realidad del territorio y a las condiciones naturales de las especies de fauna identificadas en esa zona de los departamento de Arauca y Casanare.

Todo ese ejercicio contribuirá a definir nuevas estrategias para la gestión a largo plazo de la biodiversidad del área, y sentará las bases para un sistema de monitoreo sustentado en información robusta, que permita hacer seguimiento e implementar las acciones más adecuadas para mantener o mejorar las condiciones socioecológicas del área de influencia del trayecto Araguaney-Banadía. La información generada será de utilidad para otros agentes involucrados con la gestión del área, como sectores productivos, autoridades ambientales, academia y otros.

Baptiste resaltó la alianza e instó al sector empresarial, que tiene una perspectiva de trabajo ambientalmente responsable, a «trabajar, bien sea con el instituto o con otros que tengan la capacidad y disposición, porque el país necesita romper la dicotomía entre ambiente y desarrollo y lo que necesita es ambiente en un desarrollo sostenible».

Para Gutiérrez, gerente del Bicentenario, esa alianza evidencia el espíritu de la compañía de ir mucho más allá de la obligación legal que le impone una licencia: «Representa también la oportunidad de acercarse a la naturaleza a través del Instituto Humboldt y su generación de conocimiento, brindándole los recursos para llegar a estas apartadas áreas donde los habitantes de la zona sean involucrados en la investigación», puntualizó.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Tema de Portada: LA MAFIA DEL PETRÓLEO

La historia verdadera, sin un ápice de ficción


Por Álvaro Pérez García

Si bien es cierto que la industria petrolera le ha dado un impulso sobresaliente a la economía colombiana, también es cierto que trajo implícita una serie de anormalidades, que tienen lugar en todos los territorios donde se realiza la actividad extractiva; eso mismo que la Agencia Nacional de Hidrocarburos adjudica como bloques y que las empresas operadoras llaman pozos, como la gente del común los conoce.

De entrada, hay que hacer obligada alusión al argot sui generis del sector, donde al jefe lo llaman líder (de la operación petrolera) y no gerente; derecho de vía, crudo, plan de contingencia, KP, skinner, PSI, fastan, campamento.

Al líquido viscoso recién extraído del subsuelo se lo llama crudo, porque es una mezcla de agua, gas, barro y petróleo; algo sin procesar.

El derecho de vía es el terreno que se compra para construir el oleoducto. En ese aspecto es muy importante resaltar que no se trata de un contrato enfitéutico (cesión perpetua del dominio sobre un inmueble pero con pago de un canon anual). Por lo general, quien vende la finca mantiene la creencia que por tratarse de tierra petrolera le seguirán pagando servidumbre mensualmente o por año, cuando la realidad es que el negocio se cierra y se paga una sola vez.

El KP (kilómetro petrolero) es la señalización que se hace en el tubo para conocer la ubicación del trayecto del oleoducto, cuyos datos son utilizados por los subcontratistas encargados del transporte de crudo por oleoducto.

El fastan (bolsa de armado rápido) se utiliza para acopiar el crudo que se lleva luego a las piscinas artesanales, para descontaminar fuentes hídricas y zonas verdes.

El skinner es la motobomba que se utiliza para succionar el crudo a los tanques de almacenamiento. El PSI es la medida de presión.

Los desplazamientos, generalmente, se realizan por vía aérea, con helicópteros de empresas privadas al servicio de Ecopetrol. El requerimiento debe hacerse a un centro de solicitudes, que funciona en los aeropuertos de las capitales. Allí descubrimos una particularidad: todo tiene prioridad 1A, todo es ipso facto; como se diría popularmente: «es pa’ ya».

Esa podría ser la parte del cúmulo petrolero que todos conocen, o por lo menos, lo que conocemos los periodistas que trabajamos en estas zonas y manejamos con asiduidad sobre el sector de hidrocarburos; porque solamente son los atentados los que salen a la luz pública. La parte oscura que deviene, como el mismo color del crudo, es otra bien diferente y diversa, pues tras el atentado subyace una cadena de hechos, que conjuntados, se convierten en toda una estructura mafiosa  que hemos denominado «la mafia del petróleo», eso realmente fue lo que descubrimos.

Para meternos en esa «parte oscura», que entronece la industria, nos asesoramos del mayor retirado del Ejército, Renso René Coronado, un araucano graduado como profesional en Ciencias Militares, con posgrado en Administración de Recursos Militares y especialización en Gerencia Logística, de la Universidad Sergio Arboleda, de Bogotá, quien conoce a fondo la problemática.

Coronado Gámez, en los últimos seis años, ha trabajado como analista de campo para los proyectos de Ecopetrol en los departamentos de Norte de Santander y Arauca. Ha tenido a su cargo, entre otras, las estaciones de Banadía, Toledo, Oripaya, Orú y Ayacucho donde la seguridad adquiere capital importancia.

«Hay momentos en que los bombardeos de la Fuerza Aérea suceden al tiempo que los operarios sueldan el tubo, y esa circunstancia se hace normal, ya es asunto de la cotidianidad. Hay que acostumbrarse a ella», comenta Renso, con desparpajo.

Orientados por el exmilitar, conocimos que los protocolos de seguridad exigen registrar minuto a minuto las actividades que deben coordinarse con todas las áreas para poder ejecutar los trabajos con eficiencia. Esos protocolos deben ajustarse para tener éxito en las siguientes emergencias.

Necesariamente debe conocerse dónde queda cada una de las infraestructuras, asimilar los términos, aplicar protocolos de seguridad, manejar planes de contingencia para el control de derrame de crudo en afluentes; además, también coordinar los desplazamientos de personal por tierra con respaldo de maquinaria. Ese personal debe estar disponible las 24 horas del día para trabajar donde se presente algún evento fortuito.

Esos protocolos  son muy estrictos, nadie los puede desconocer porque atentaría contra la integridad física del trabajador, al extremo de sufrir mutilaciones, o, peor aún, ocasionarle la muerte.

Todos los atentados son provocados por los grupos armados al margen de la ley, que utilizan métodos no convencionales al instalar artefactos con explosivos, que se conocen como «campos minados», que han cobrado miles de víctimas entre trabajadores de la industria  petrolera, gente del común y miembros de la Fuerzas Armadas.

La Fuerza Pública juega un papel muy importante en la industria petrolera en Colombia. Si no hay Fuerza Pública muchas veces los trabajos en el sector petrolero no se pueden ejecutar, especialmente en el sector rural.

«Con las primeras acciones violentas se nos pone el corazón agitado y empiezan las preocupaciones», afirma Coronado, al advertir que es entonces cuando uno se pregunta: ¿qué pasa si no voy a atender la emergencia donde la situación de orden público es muy activa? Inmediatamente, se responde: «Pues, sencillamente, me sacarán de la operación. No acabarán de darme las gracias cuando ya contratarían a otra persona, me reemplazarían, y la vida continúa. Siempre habrá una persona que estará dispuesta a hacer el trabajo al que uno renuncia».

Esa afrenta obedece a que la industria petrolera no puede parar, pues existen cláusulas contractuales que exigen el cumplimiento de la entrega de crudo en un barco cisterna en un puerto o en una refinería, ya sea en Barrancabermeja o en Cartagena, solo existen en Colombia esas dos refinerías.

Al principio todo es curiosidad, de anhelo; convencido de la oportunidad que ofrece ese mundo de riesgo y de dinero, donde todo se aprende con el trabajo en campo; inicialmente, debe haber un equipo exploratorio que dará la ubicación para la reacción inmediata ante un atentado, sus integrantes no tienen horarios fijos, deben estar disponibles de día y de noche.

Durante su participación en la industria petrolera, el mayor Coronado debió atender cerca de cien atentados, que por lo general son perpetrados en los mismos sitios o en zonas adyacentes y sus consecuencias son similares: afectación de los acueductos, todo el pueblo pide agua inmediatamente.

Deben ponerse a marchar aceleradamente los planes de distribución de agua (durante diez o quince días), hay que hacerles pruebas físico químicas a los  acueductos en la boca toma; y rogarle a Dios para que el crudo no se introduzca por las redes de distribución, porque aparecerán los problemas de salubridad pública y, de paso, obligaría al cambio de toda la tubería lo que generaría un caos en la ciudad.

Para citar un caso específico, el del río Tibucito, que suministra agua al municipio de Tibú, Norte de Santander. Cuando suceden atentados sobreviene la emergencia al quedar sin agua por suspensión del bombeo, afortunadamente hay dos pozos profundos  de los que se alcanza abastecer con carro tanques a toda la población. Ya se pueden imaginar el clima en verano (superior a los 30 grados) y la desesperación del pueblo por falta de agua.

En otros lugares, los primeros afectados son los campesinos, quienes deben tomar el agua con sabor a petróleo, por muchos días; inicialmente, los peces se mueren, los pescadores no pueden trabajar y el producto que logran pescar lo ingieren con sabor a gas, pero ignoran las consecuencias que eso puede traer al organismo humano. Se inicia una cadena de contaminación con consecuencias letales que afecta todo: trabajo, familia, bienestar, en fin, la vida.

Este viaje al núcleo de la estructura mafiosa enquistada en el sector petrolero nos familiariza con sitios como El Aserrío, Puente Amarillo, San Pablo, Vega Larga; así es la vida en ese sector del país, donde desarrolla actividad la industria petrolera en el Catatumbo. Sus habitantes deben estar preparados para que los grupos armados los interroguen y los humillen, porque dicen tener el poder sobre el pueblo con una pistola o un fusil. Por lo general, allí nadie tiene cédula o documento alguno de identidad, las motos y los carros transitan sin documentos legales y el mandato para obedecer se impone mostrando un arma de fuego.

Existen unos mecanismos peligrosos para apoderarse del crudo que transportan por los oleoductos, se conocen como las «válvulas ilícitas», que se instalan perforando el tubo. Aprovechan las explosiones para, mientras está suspendido el bombeo, instalar las válvulas de succión. En las áreas en donde se ubican esas válvulas ocurre una alta contaminación de la capa vegetal, porque no resisten la presión del oleoducto y ocasionan permanentes fugas.

También existen refinerías artesanales que se utilizan para el procesamiento del crudo, que, una vez refinado, se comercializa como precursor de la pasta de coca, industria manejada por los mismos grupos armados. Ese combustible artesanal, una especie de diésel, lo transportan en camiones viejos, y muchas veces en caballos o mulas, que cargan con canecas de 55 galones. Lo llevan al centro de producción de coca.

La presión del bombeo, (entre 1 100 y 1 300 PSI), rompe las válvulas y la tubería, y produce riego de aceite que convierte tierras productivas en zonas desérticas.

A eso se suma la deforestación para utilizar la madera como comburente en los fogones que calientan los tanques, para el proceso de condensación con calor.

La producción anual de combustible ilegal procesado en esas refinerías artesanales puede estar por el orden de 40 mil barriles, algo así como US10 millones.

También hay  atentados en el sector de Filogringo, un sitio adornado con paisajes hermosos, que cualquier país del mundo envidiaría y cuidaría como un tesoro. Ese sector es bañado por el río Catatumbo, que desemboca en el golfo de Maracaibo, Venezuela. El crudo que no se logra controlar pasa directamente a contaminar esta importante fuente hídrica.

Mientras nos desplazamos con Renso por la zona, observamos ranchos y enramadas (cambuches) que protegen del sol y el agua cantidades de canecas, mangueras, herramientas y demás parafernalia para refinar el crudo que se acopia en depósitos artesanales, unos grandes huecos impermeabilizados con un plástico negro en el fondo, (los fastan) desde donde lo succionan con plantas eléctricas de bombeo (skinner) para hacerle el proceso de refinado por cocción. Esa tramoya no puede ser operada por cualquier paisano, allí deben actuar ingenieros y personal calificado pues se observa que el proceso de refinación es cada vez más perfeccionado, pasa de las canecas a tanques de condensación con equipos sofisticados.

¿De quién son esos puntos de refinación artesanal e ilegal? ¿Quién les brinda protección? Algunos dicen que son de la guerrilla, de delincuencia común, de narcos; mientras otros, muchos, afirman que son del propio Ejército. Si el Ejército sabe dónde están ubicados los centenares de esos sitios de refinamiento, ¿por qué no actúa? Saquen ustedes sus propias conclusiones. Cuando el negocio es lucrativo y sus ganancias son del mil por ciento, cualquiera puede involucrarse.

Acampamos para descansar de la larga correría, y el exmilitar aprovecha para contar la experiencia más difícil que hasta ahora ha vivido: la que ocurrió el 11 de enero de 2009 en el pozo 233, ubicado en la vereda Petrólea, de Tibú:

«Eran las 6:00 p. m. cuando 120 trabajadores se encontraban efectuando el cambio de turno. Llegaron unos jóvenes vestidos con sudaderas negras, bañados de aceite quemado de motor, con el fin de confundirse entre los trabajadores del pozo, cada uno tenía un fusil AK47, lo primero que hicieron fue quitarles los radios de comunicación a los vigilantes, que eran de la región, como lo exigen las comunidades a las empresas petroleras.

Acto seguido procedieron a quemar la ambulancia y las camionetas que están al servicio de transporte para los trabajadores. A continuación, instalaron cargas explosivas de color negro en las patas del taladro y otro grupo inició con la quema de todos los alojamientos de los trabajadores. En pocos minutos empezó a vivirse un caos.

«En esos momentos cada quien empieza a desarrollar, por instinto de conservación, su propio esquema para salir con vida de ese infierno. Gracias a Dios todos salimos vivos, esa es otra experiencia que solo conocemos quienes hemos trabajado en la industria petrolera, y ojalá la conozcan todos los que están ensimismados por meterse en ella», cuenta Coronado Gámez.

Mientras avanzamos, retomando la travesía por los atajos de ese submundo, observamos inmensos cultivos de coca. Cientos de hectáreas ─comenta Coronado─ están sembradas en la zona y los laboratorios están ahí, a la vista, casi que a nuestra mano, por los difíciles caminos que transitamos. Concluimos todos que los famosos programas de erradicación de cultivos ilícitos no se aplican, o si lo hacen es en otras zonas, porque en el Catatumbo, no tienen efectividad.

Por donde se mire se observa el abandono del Estado, nada de inversión social, nula acción del Gobierno, las necesidades básicas están todas insatisfechas; no hay servicios públicos, o si existen son ineficientes. Las escuelas están abandonadas por el Estado, por los alumnos y por los maestros. Y qué decir de los centros de salud: unas vetustas edificaciones sin nada con qué auxiliar a la comunidad.

Todas las familias son activas en ese circuito ilícito, al no tener otra opción de ingresos se suman subrepticiamente para acrecentar el problema; los mayores van como ayudantes de las refinerías clandestinas, y los menores ayudan en la siembra y recolección de hoja de coca. «La pasta de coca es la moneda para toda actividad comercial del Catatumbo», cuenta el exmilitar.


La guerrilla domina a su antojo, tanto que deja letreros pintados en las casas conminando a la gente a que abandone la zona so pena de ser declarada objetivo militar. Los municipios más violentos son El Tarra y Hacarí, también Convención; allí la Policía apenas patrulla en los parques principales, y sus movimientos se circunscriben a los sitios aledaños al Comando, no cruzan palabra con nadie. Los alcaldes y concejales cumplen su función democrática bajo la mira de los fusiles de los guerrilleros; todos la conocen, pero nadie se atreve a hablar de esa situación, que no es ficción, es auténtica realidad de esta «República Independiente», que también limita con Venezuela, pero sin presencia en ese punto de la frontera de Fuerzas Armadas legales. La ley la impone por fuerza la subversión.

Esa realidad es la que el Gobierno se empecina en ocultar por sobre los efectos nocivos en la economía nacional, pues se sabe que una caneca de 55 galones con ese diésel producido ilegalmente alcanza un valor de $500 000 en el mercado negro; que existe una alianza entre FARC y ELN, con el reducto supérstite del EPL que comanda alias «Megateo», para explotar el sistema; que son más de 60 puntos de refinerías artesanales en una extensión de 50 kilómetros y que todo ha sido puesto en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación, sin resultados.


La triste conclusión es que todo eso sucede ante los ojos de la Fuerza Pública y todo tipo de autoridades incluidas las ambientales. Muchos colombianos, entre ellos muchos periodistas, ignoran la realidad del Catatumbo, Arauca y demás regiones petroleras, donde, supuestamente, nada sucede, pero donde todo pasa.

¡EL AMOR LEAL, SINCERO Y VERDADERO SÍ EXISTE!

«Cuanto más indefensa es una criatura, más derecho tiene a ser protegida por el hombre». (Mahatma Gandhi).


¿Quién en la vida no ha tenido un amigo especial, ese que nos escucha, soporta nuestros malos días y siempre está dispuesto a hacernos sentir mejor?

Por Sandra Milena Buitrago / Editora
@Sandrin_B

No siempre el amigo especial es un ser humano, hay casos en los que  sus mejores amigos son seres de 4 patas; quienes, con su llegada, les cambiaron la vida. Sí, para muchas personas sus mejores amigos son sus mascotas.

Bien se afirma que hasta que  hayas amado a una mascota una parte de tu alma permanecerá dormida, yo creo que es así, no alcanzamos a imaginarnos el amor que esas criaturas nos  prodigan: sus ganas de protegernos y de hacernos sentir bien cuando perciben que hemos tenido un mal día. Estoy segura de que  quien no ha tenido una mascota no sabe qué es querer y sentirse querido.

Hay un dicho muy popular que dice: «Entre más conozco a los humanos más quiero a mi perro». Esa aseveración en pocas oportunidades es cierta, pocas personas de verdad aman y cuidan a sus mascotas como ellas lo merecen; esos seres,  incondicionalmente, nos brindan su amor y su fidelidad.

Se estima que en Colombia el 30 % de los hogares tiene como mascota un perro, de ahí que el 26 de agosto haya sido declarado ‘Día del perro’. La fecha empezó a celebrarse desde el año 2004 para promover la adopción y hacer público el problema del abandono y maltrato a esos animales. En el mundo, una de cada tres personas tiene un perro como animal doméstico.

Compartir nuestra vida con una mascota tiene efectos positivos, se ha podido comprobar que las personas que tienen mascotas y establecen con ellas una relación responsable y afectuosa viven más tiempo y con mejor calidad de vida que las que no las tienen; se disminuye el sentimiento de soledad, se incrementa la autoestima, mejora el estado de ánimo, ayuda a interiorizar valores, estimula el contacto social, favorecen la recuperación por causa de enfermedades, amén de ser  gran apoyo a personas discapacitadas.

Estudiosos del tema afirman que la compañía de mascotas ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad;  ayudan a regular la tensión arterial al acariciarlos, nos ayudan a relajarnos; y algo quizá más importante: nos hace más humanos. Los cuidados y el amor hacia los animales sensibiliza nuestro comportamiento personal, al provocar cambios que nos hacen demostrar mayor empatía y actitudes positivas hacia ellos y, por ende, aprendemos a actuar de la misma manera con las personas, claro que eso solo lo aprenden las personas que logran de verdad un lazo emocional con su mascota.

Cuando decidimos tener una mascota debemos tener muy claro que es una responsabilidad más que se adquiere; tenemos un miembro más en la familia, al que hay que brindarle un sitio agradable donde vivir, alimentarlo, mantenerlo aseado y, lo más importante, darle atención y amor; una mascota no es un adorno que se compra para que se vea bien la casa.

Aunque hay dueños que entienden y aceptan esa responsabilidad, existen otros que no solamente son irresponsables, sino crueles;  lo triste es que esos que se hacen llamar humanos llegan a ser los más inhumanos con aquellos a los que llamamos animales; hemos visto cómo aparecen animales mutilados, torturados. Lo más lógico es que muchos piensen que esos actos atroces solo los pudo cometer un animal, pero, increíblemente, esas atrocidades son actos de los llamados seres humanos, ¡grande ironía!

Peor aún, cuando se dan cuenta de que no son capaces con la obligación que conlleva su tenencia toman el camino fácil: los abandonan; es entonces cuando surgen los mal llamados «perros callejeros», es paradójico que ellos  existan por cuenta de unos amos irresponsables.

Los perros callejeros luchan día a día por sobrevivir de los maltratos, por buscar que comer y por conseguir cada noche un lugar donde resguardarse del frío o de la lluvia; son fuertes cuando deben defenderse, pero a la vez son indefensos; luchan contra la indiferencia que les demostramos los humanos ante su dolor.

Muchas veces me he preguntado por qué viven con vagabundos. En contraposición con la reticencia a la vagancia que muestran los perros de casa, los vagos apañan fehacientemente a los indigentes, suministrándoles calor en las frías noches y entregando todo el amor y protección que necesita quien no tiene por familia más que una caja de cartón, o en el mejor de los casos, un colchón.

Se han escuchado muchas voces de organizaciones que están en contra del maltrato animal y que buscan cambiar la mentalidad de algunas personas, que piensan que tener una mascota de raza es solo un lujo con el que pueden llegar a lucrarse a costa de las hembras, a quienes ven como máquinas que les pueden dar unos ingresos; o, como dicen algunos, para recuperar lo que les han invertido. Pero hay otros peores, que entrenan los perros para que peleen entre ellos, los hacen aguantar hambre y los golpean para que sean más irascibles  al momento de los ilegales y repudiables desafíos perrunos.

He leído, escuchado y confirmado que no hay razas de perros agresivos, son los hombres quienes los convierten en fieras; son sus propios amos los que hacen que ellos se peleen y sean violentos. Nuestras mascotas son el reflejo de lo que nosotros les damos.

Es increíble lo que podemos aprender de esas criaturas, que, sin emitir una sola palabra, son capaces de hacernos sentir mejor y sanarnos cualquier herida que tengamos en el alma. Muchos dirán que es ridículo. ¿Cómo un perro, o cualquier mascota, puede hacer eso? Pues esos que no lo creen nunca han llegado a establecer un verdadero lazo de afecto con su mascota, simplemente, la ven en algunos casos como el celador de la casa cuando salimos a trabajar o de viaje.

Los perros intuyen el dolor o la tristeza humana, desafortunadamente esa capacidad empática de los perros hacia los humanos no es la misma que la de los humanos hacia los perros; empero, hay personas que logran un vínculo con las mascotas y pueden alcanzar una fidelidad tal, que podrían sentir como propio el dolor de ellos.

Muchas mascotas consiguen ser un miembro más de la familia, por lo que su pérdida llega a sentirse igual que la muerte de un familiar. Si bien toda persona que haya formado un vínculo de amor con su perro ha sentido más de una vez que este la comprende, hoy se puede afirmar, científicamente, que los perros sienten el dolor de las personas y que también buscan aliviarlo.

Por eso, cuidemos, protejamos y amemos a nuestras mascotas; ellas nos pueden enseñar que el verdadero amor existe, solo necesitamos ser más humanos y menos animales.

LOS LECTORES SEGUIRÁN PREFIRIENDO LOS MEDIOS IMPRESOS

El futuro de periódicos y revistas y un perfil de la tendencia lectora.    
En la testa del director de Exégesis.

Por Jairo Cala Otero / Jefe de redacción

Cuando los pesimistas se asustaron con la aparición de Internet también pregonaron «a los cuatro vientos» que los medios periodísticos impresos desaparecerían. En nuestro entorno, lo mismo pronosticaron ellos sobre la radio cuando apareció la televisión en Colombia (13 de junio de 1954). Desde sus orígenes en 1969, año en que se hizo la primera conexión de computadoras (bautizada Arpanet), entre tres universidades en California y una en Utah, Estados Unidos, ha transcurrido la bicoca de 45 años, tiempo nada despreciable. Los pesimistas se quedaron con un palmo de narices, entonces.

Los medios periodísticos impresos siguen y seguirán teniendo vigencia por largo tiempo, de acuerdo con las apreciaciones de expertos como el estadounidense Ken Doctor, reconocido analista de medios informativos en el mundo; y las de Iñaki Gabilondo, veterano periodista español, en un foro en Bucaramanga.

Los dos expertos han expuesto las bondades y la efectividad de los periódicos y las revistas como vehículos publicitarios e informativos, en esta época transicional entre lo impreso y lo digital. Pero enfatizan en que los periódicos y las revistas impresos del mundo, por su gran papel protagónico, no desaparecerán. Es más, sostienen que los lectores prefieren los medios impresos en vez de los virtuales por varias razones. La más reciente es una investigación científica según la cual leer un texto en la pantalla de un computador resta capacidad para comprender lo leído.

Lo que sí ocurre es que los estilos de redacción, la dinámica en la presentación de las noticias y la actualización o inmediatez (al estilo de la radio) difieren entre la forma electrónica y la forma física de esos medios periodísticos. En los primeros, las notas son cortas (como se estila en radio y televisión), mientras que en los segundos hay pormenores, datos relevantes y precisiones en los que el lector está y siempre estará interesado. Demos por descontado que no todos tienen un computador en su casa para leer los diarios por Internet; que tampoco todos saben operar esos medios electrónicos, y que para una abrumadora mayoría leer en el papel es más relajante para sus ojos que hacerlo frente a una pantalla que genera ondas electromagnéticas. (Por eso cansa tanto y agota esa lectura).

Por supuesto, no hay que apartarnos del hecho cierto del cierre de muchos medios impresos en varias partes del mundo. Pero no ha obedecido estrictamente a la presencia de Internet. Si el efecto fuese tan arrollador, no encontraríamos en ningún puesto de revistas y periódicos una edición impresa de ningún diario ni de ninguna revista hoy, después de 45 años de la aparición de Internet. Factores como malas administraciones, mala calidad del producto, anacronismo en el enfoque de las noticias y la publicidad y otros son relevantes a la hora de que los lectores valoren y determinen con qué se quedan para informarse del diario acontecer.

Pero en medio de la discusión que este asunto suscita, y a contrapelo de las premoniciones de los pesimistas, están surgiendo otras alternativas de medios impresos. Una de ellas es, precisamente, esta revista que usted tiene ahora entre sus manos: Exégesis. Me pareció oportuno referirme a su aparición por dos razones: una, la que ya quedó expuesta en líneas anteriores; dos, lo que entraña constituir un medio de comunicación sin que haya tinglados de dinero al alcance, como sí los tienen quienes hoy son emporios de la información impresa en Colombia y en el resto del mundo.

Anoto una infidencia, porque me pareció simpática la posición de nuestro director cuando le notifiqué que yo escribiría este artículo. Me respondió: «Considero que es incienso del cura para la misma parroquia». Aun así, Álvaro Pérez García accedió a responder las preguntas que le formulé. Claro que su criterio es válido si nos atenemos a las voces de los criticones y los pesimistas. Pero si miramos y escuchamos a los de mentalidad abierta y sentimientos limpios, estas líneas no caen en terreno pedregoso. Le puse el ejemplo de las gallinas: cacarean la postura de un simple huevo. Pues en este caso el «cacareo» debe resonar en todo el nororiente colombiano. Porque hacer empresa no es fácil, y conquistar adeptos lo es menos a sabiendas de que hay tanto corazón oscurecido por antivalores.

Aquí, pues, el pensamiento de nuestro director:

¿De dónde nace el nombre Exégesis y qué significa?
Álvaro Pérez García (APG): El nombre es una adecuación de la labor del exégeta, que, inicialmente, era el maestro que explicaba con sapiencia los pasajes bíblicos. Por extensión, el calificativo se generalizó a todo aquel rico en conocimientos que hacía la interpretación filosófica de cualquier tema. La exégesis es eso exactamente: explicar algo con conocimiento de causa.

¿Cuándo circuló por primera vez y durante cuánto tiempo esta revista?
APG: La publicación se hizo en 1990 (noviembre y diciembre) por primera vez, y alcanzó diez números durante 1991.

¿Qué motivación existió para reanudar la publicación en esta segunda época?
APG: La falta de un medio escrito con contenido de calidad y de variada temática me llevó a reanudar la publicación, luego de regresar a Arauca. Estuve diez años desvinculado de la región debido a amenazas de la guerrilla.

¿Qué influencia puede tener la presencia de Exégesis en Arauca y otras ciudades del oriente colombiano?
APG: La influencia será, necesariamente, sobre la gente ávida de conocimiento. Se proponen temas que son abordados sucintamente por otros medios, solo a guisa


de información, pero sin darle a la gente elementos concretos para que los digieran. Ahora los mandatarios regionales hablan de unir esfuerzos para alcanzar el desarrollo en sus respectivas zonas. De ahí nace la primera parte de nuestra misión: «Construir región». El nororiente está llamado a integrarse y nosotros queremos servir a los intereses de esa integración.

¿Cómo se define su línea editorial y por qué?
APG: Es una línea de análisis, absoluto manejo a profundidad de los hechos que acaecen en toda esta región de Colombia; y eso es lo que persigue nuestra segunda parte de la misión: «Formar opinión». Sin creernos el cuento de que todo lo sabemos, buscamos auténticos especialistas en cada tema para ofrecer el análisis que penetre en el conocimiento del lector y genere sentido de pertenencia por la región. Con este patrón definimos el perfil de cada columnista. La línea editorial tienen un porqué: mantenerse en un concepto periodístico independiente y, por ello, no acercarse a ninguna orilla para potenciar el prisma de centro que nos permita observar las cosas con mayor amplitud, pero sin militancia.

¿Cómo califica el periodismo que se aplica en Exégesis?
APG: Es un periodismo serio, centrado, dispuesto a aplaudir lo bueno y a censurar lo malo; crítico, si se quiere. Rescatando algo que el gremio ha olvidado: la investigación; y con un reto grande y riesgoso al frente: la corrupción, el flagelo que ha causado tanto daño como el de la guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico juntos.

¿Es una empresa titánica, o hay «ángeles financistas» que la sostengan?
APG: Es empresa titánica, pero claro que existen ángeles financistas: son los anunciantes. En nuestras páginas van a observar muchos anuncios de empresas privadas, son las que realmente sostendrán el periodismo que, osadamente, propone Exégesis: construyendo región, formando opinión.

Antes de poner mi punto final, probablemente el lector coincida conmigo en que valía la pena revelar esos detalles ─aunque minúsculos, no dejan de ser importantes─ que el director accedió a contar. Ahora usted tiene más elementos de juicio para analizar, valorar y apreciar este nuevo medio periodístico del oriente colombiano con asiento, por ahora, en Arauca.

LA RAPE: ¿ACIERTO O DISOLUCIÓN?

Ancestralmente se ha considerado a la Orinoquia como la integración de los departamentos que teniendo afluentes fluviales, rinden sus aguas al caudaloso río Orinoco. Se la conoce también como Llanos Orientales y hace relación directa a los actuales y hace relación directa a los actuales departamentos de Arauca, Casanare, Meta y Vichada; esta es promovida ahora como la Región Llanera. No obstante esa identidad, es un hecho que actualmente cada uno de ellos busca nuevas fusiones, sin renegar de su folclor. Las recientes protestas contra el Invías por parte del representante casanareño a la Cámara Camilo Abril Tarache, pone sobre el tapete lo que acontece sobre el concepto de desarrollo: "Casanare  está realmente ligado con Arauca, Boyacá y Santander por su conexión económica, comercial y turística, mientras que a nivel nacional se cree que se le cumplió  al Llano con la doble calzada  Bogotá-Villavicencio. ¿Dónde tiene el gobierno los recursos para la vía Aguazul-Sogamoso, El Sisga-El Secreto (vía alterna al Llano) y la ruta de Los Libertadores? Además, el Conpes de la Altillanura solo benefició al Meta y al Vichada.

Por su parte, el Gobierno del Meta impulsa la creación de Región Administrativa y de Planeación Especial-Región Central, conformada por los departamentos de Cundinamarca, Meta, Tolima, Boyacá y el Distrito Capital de Bogotá. Y a su vez, también el Meta aspira a formar parte de la Región Llanos con los departamentos del Vichada, Guaviare y Guainía. También Arauca y Casanare, por derecho propio, harían parte de esta última.

En tal toma de posiciones podría advertirse una potencial disolución de la genuina Región de los Llanos, arriesgada en extremos si se tiene en cuenta que en el artículo inicial de la Constitución se consagra que Colombia está organizada en forma de República Unitaria. No obstante, el Capítulo I del Título XI de la Carta Suprema autoriza la creación, mediante la ley, de otras entidades territoriales "para el cumplimiento de las funciones y servicios a cargo del Estado".

Ellos significa que le cabe razón a Casanare cuando quiere mantenerse unido a Arauca, pero trabajando con Boyacá y Santander a fin de lograr sus objetivos de desarrollo; pero también al Meta le cabe el derecho de buscar nuevos socios estratégicos para proyectar su desarrollo. Cuando eso se da, al punto de tornar lejanas y casi imperceptibles las relaciones entre mandatarios como los de la Orinoquia o los Llanos si se quiere, es porque las funciones y servicios " a cargo del Estado", o no se han dado eficientemente o están fallando en extremo y la ruptura de la República Unitaria se incentiva desde el Ejecutivo nacional por su omisiva actitud  y obras con esta parte tan importante de la patria que desde otrora le aportó la independencia nacional y la libertad, y ahora mismo le aporta ganadería, agricultura, agua y petróleo. Si el gobernador del Meta, Alan Jara Urzola, ya obtuvo concepto favorable de Planeación Nacional para que un departamento participe en la conformación de dos regiones administrativas de planificación diferentes, pues debe dejarse el corazón y el sentimiento por el Llano, pero no demoremos el desarrollo y unámonos con cualquier otro ente territorial, que nos asegure el desarrollo que el Gobierno central no es capaz de proporcionarle a la tierra de sus libertadores.

NACE REGIÓN DEL CENTRO-ORIENTE COLOMBIANO

Por Álvaro Pérez García


Una revolucionaria propuesta para aupar el desarrollo y conformar una zona que afronte problemáticas de mancomún y consiga soluciones para sus comunidades, se elucubra por los mandatarios del Tolima, Meta, Cundinamarca y Boyacá, además del de la capital colombiana.

Quien anunció la concreción de la iniciativa fue el gobernador del Meta, Alan Edmundo Jara Urzola, convencido de que ese paso integracionista sacará a la provincia de su letargo y coadyuvará con ideas, esfuerzo y recursos a plantear fórmulas de progreso consensuadas. Afirmó que para darle viabilidad a la idea vienen trabajando equipos técnicos de esas Administraciones, que pergeñaron un documento que está a punto de concluirse.

En el puente de Boyacá, por su significado histórico, se firmará el  26 de septiembre el convenio que creará la Región Administrativa de Planeación Especial ─RAPE─, en la que se aglutinarán los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Meta y Tolima, y el Distrito Capital de Bogotá, para trabajar un concepto de región y área metropolitana que ya ha tenido éxito en otras latitudes.

Al acto que refrendará la propuesta asistirán los gobernadores Carlos Delgado Peñón, del Tolima; Álvaro Cruz Vargas, de Cundinamarca; Alan Edmundo Jara, del Meta; Juan Carlos Granados, de Boyacá; y el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, con sus respectivos asesores, para comenzar a trazar las estrategias integracionistas que consolidará a la RAPE como modelo de desarrollo.

Será una ceremonia especial, dijo a Exégesis Jara Urzola, en la que se establecerá quiénes conformarán el comité directivo y la consecución de recursos por más de $7 mil millones, que demanda el funcionamiento de la institución, que propone iniciar labores en el año 2015. Asimismo, aclaró que la región administrativa trabajará sobre cuatro ejes estratégicos: sostenibilidad ambiental, movilidad, competitividad y seguridad alimentaria y rural.


Entre los proyectos de los que se ocupará están la protección de los páramos, la navegabilidad de los ríos Magdalena y Meta e infraestructura vial e impulso al turismo.

El gobernador del Meta, Alan Jara Urzola, explicó que se trabajará en otras estrategias de integración como el área metropolitana. Para ello se tomó como referencia lo hecho en otras latitudes: la región Berlín-Branderburgo (Alemania), la de Maharastra (India), la Comunidad de Madrid, la región Centro (Argentina) y la región Renania Norte-Westfalia (Alemania).

CON NUEVA TECNOLOGÍA SE OPTIMIZA ATENCIÓN A PACIENTES EN MUNICIPIOS ARAUCANOS

La ESE Moreno y Clavijo ha venido participando en brigadas de salud organizadas por el programa «Gobierno con resultados», que lidera la Gobernación de Arauca, como la efectuada el pasado 22 de agosto en la escuela de la Vereda Chaparrito, donde se realizaron consultas de medicina general y odontología en la unidad móvil que sirve de apoyo para esas jornadas.

El 29 de agosto la brigada de salud se llevó al Hospital San Ricardo Pampuri, para suplir las necesidades más apremiantes de esa comunidad sarareña, jornada que encabezó el propio gerente, José Vicente Sanabria, junto a la subgerente de salud de la ESE, Íngrid Johana Oquendo.

Durante la acción social del centro poblado La Esmeralda fueron atendidas más de 400 personas provenientes de veredas  del municipio de Arauquita, con consultas de medicina general, pediatría, odontología y ginecología.

El gobernador, José Facundo Castillo, aseguró que el Hospital San Ricardo Pampuri recibirá una ambulancia, la cual estará al servicio dentro dos o tres semanas. Ese resultado se da luego de que se hiciera la gestión ante el Gobierno nacional.

El pasado 5 de septiembre se entregó la dotación al Hospital San Antonio, lo cual lo empodera de recursos técnicos y eleva la calidad de los servicios en salud para los habitantes del municipio de Tame. Ahora cuenta con una unidad móvil especializada para realizar mamografías y exámenes de ginecología, con los cuales se busca detectar tempranamente el cáncer de seno y cuello uterino.

El proyecto fue gestionado por el director de la UAESA, Édgar Contreras, en representación de la Administración departamental, y ejecutado por la ESE Moreno y Clavijo, según resaltó el médico Sanabria Monsalve.

Se destaca que esa unidad móvil es pionera en el departamento ya que  en el país solo existen, actualmente, 5 unidades con esas características. La unidad funciona con dos consultorios independientes, que cuentan con sistema de última tecnología; realiza la transmisión de los datos e imágenes a través de una antena satelital desde cualquier región del departamento a una sede principal de diagnóstico para que esta sea digitalizada.

La unidad móvil es atendida por un profesional, mientras que por telemedicina se obtienen los resultados en menos de 12 horas, lo cual facilita el diagnóstico oportuno, optimiza la atención y entrega rápida de resultados a las pacientes.

LA CULTURA COMO HERRAMIENTA DE INTEGRACIÓN

Por Carmen Martínez Arteaga

Nacer y crecer en los Llanos de Colombia, o de Venezuela (Arauca, Apure, Barinas, Casanare, Meta, Portuguesa, Vichada, Guárico, Guaviare o Cojedes) contemplando el gran tapete verde de sabana, en el cual las manos celestiales bordaron floridos paisajes, frescas montañas, ríos y cañadas, y un infinito manto azul techando el encantador territorio donde conviven ganado, fauna y flora, jinete y caballo, canoa y canoero, copla y música, fuerza y sensibilidad, respeto, dignidad y amor, otorga el privilegio de llamarse LLANERO, con mayúscula, porque se es dueño de una identidad cultural que enorgullece por sus valores y por la enorme capacidad de sentir y compartir felicidad. 

En las ciudades, campos y caseríos de los Llanos interpaíses no hay que fijarse en las nacionalidades, pues no se notarán diferencias en el desenvolvimiento cotidiano, en la forma de vida de cada habitante criollo teniendo en cuenta algo muy importante en su naturaleza: no existen fronteras en los sentimientos ni en la herencia genética de la raza llanera.

Cuando aprovechamos el bien infinito de conocer variadas culturas ricas y hermosas, aprendemos que sigue existiendo un llano sin fronteras, que se siente en el corazón y se proyecta a través de la palabra, la música, las creencias, la solidaridad humana y el amor a la patria llanera.

¿Acaso hay un fundo o una casa de llaneros que no tenga un plato de comida, una hamaca o un chinchorro en el corredor o la sala, disponible para dar posada a quien va de viaje o llega de visita?

Los habitantes de las fronteras somos hermanos por la cultura vivencial y por gracia de Dios,  y también, en muchísimos casos, por consanguinidad. Los límites geográficos no impiden que sigamos celebrando nuestras fiestas tradicionales conjuntamente, o que seamos familia unos y otros, o que continuemos necesitándonos, compartiendo labores, afectos, alegrías y pesares.

Estas breves consideraciones intentan motivar una reflexión para una posible propuesta.

La reflexión: Ante situaciones coyunturales que pudieren afectar la sana convivencia entre las gentes de las fronteras y sus allegados, existe el gratísimo concierto de avivar la cultura de la identidad para que esta crezca saludable, cual semilla multiplicada en la inmensa cosecha de indestructible integración fronteriza regional, con alcances nacionales e internacionales.

La cultura no se ha usado como necesaria herramienta de integración en las fronteras, la cultura ha fluido y se ha desarrollado naturalmente entre quienes amamos el folclor, lo practicamos, lo investigamos y lo divulgamos a través de sus diversas expresiones y modos aprovechando, al mismo tiempo, las oportunidades de conocer, disfrutar y valorar las potencialidades generales de los pueblos fronterizos, que nos señalan claramente que la paz se halla y se mantiene en la sana y educativa integración cultural, que contribuye de manera importante para las relaciones internacionales y el progreso y desarrollo interfronteras, con consecuencias positivas muy amplias. El conjunto de elementos que conforman la riqueza cultural de las regiones representa un sentimiento compartido, unos intereses comunes, una fuerza estructurada.


La propuesta: Aprovechar el innegable gran recurso cultural en todas sus manifestaciones, como necesario instrumento de unión y concordia, en virtud de nuestros iguales sentimientos, la historia ídem, los mismos motivos de inspiración,  nuestro natural sentido de integración, nuestra tradicional costumbre de vivir en paz.

LA DIFÍCIL REALIDAD DE CIENTOS DE CONDUCTORES... EL DUEÑO DE MI MOTO ESTÁ MUERTO

Por FREDDY SERRANO DÍAZ
Director general del Instituto de Tránsito y Transporte del departamento de Arauca


Martín es uno más de los dedicados trabajadores araucanos, que gracias a sus ingresos pudo adquirir una motocicleta usada, cuyo traspaso nunca se finiquitó. Desde hace dos años conduce por las calles de su pueblo, con el riesgo de que las autoridades le inmovilicen un automotor que no está a su nombre, pues familiares de quien aparece en la licencia de tránsito, una persona fallecida, esperan que una sucesión defina el nombre del propietario del vehículo.

Así las cosas, Martín ─como muchos de los desprevenidos usuarios de la movilidad─ tiene en su poder un vehículo que no es suyo. Lo mismo le ocurre a Narda, otra compradora de motocicleta, que decidió acudir a una de las comunes compraventas, donde le entregaron un vehículo  extranjero, a muy bajo precio, cuyos documentos advierten una propiedad de una persona que ella ni siquiera conoce.

Casos como esos son frecuentemente el dolor de cabeza de cientos de ciudadanos en nuestros pueblos, donde por costumbre se negocian carros y motos obviando la obligación legal de hacer las diligencias necesarias para evitar un inconveniente que afecta, tanto a compradores como a vendedores, pues al haber un cambio en los datos del dueño en la licencia de tránsito, conocida como tarjeta de propiedad, se evitan responsabilidades asociadas a situaciones posteriores a la adquisición.

Y qué decir de Claudia, una más de las incautas personas involucradas en el juego de los irresponsables. Ella prestó sus datos para que compraran una motocicleta a su nombre, pues un supuesto amigo, con multas por comparendos vigentes, no podía adquirir dicho vehículo; y ahora debe responder por deudas de crédito, impuestos y procesos jurídicos, entre otros, obligaciones de una joven estudiante que apenas empieza a vivir.

¿Quién responde?

Está claro que la respuesta a la pregunta ¿quién responde?, no debe estar ligada a ningún tipo de excusa, máxime cuando, de alguna manera, todos tenemos responsabilidad a la hora de suscribir un compromiso con la movilidad, pues indistintamente de la condición de cualquier ser humano, de alguna manera todos podemos evitar un dolor de cabeza en el  futuro, e, incluso, evitar un accidente.

A casos como el de Martín, Narda y Claudia se suman otro tipo de situaciones, como la de doña Teresa, una esmerada ama de casa a la que su «niñito», de 17 años, literalmente le «robó» hace semanas la motocicleta para irse de farra con sus amigos. El irresponsable, en medio de la rumba, con tragos en su cabeza y sin estar habilitado con una licencia de conducción atropelló a un menor, que aún hoy está gravemente lesionado en un Hospital de Cúcuta. Mientras  la enternecedora señora busca dinero para subsanar los daños, el «angelito» permanece dormido gran parte del día, en un chinchorro, en el patio de su casa.

El principio del derecho que dice «dura es la ley, pero es la ley», nos lleva a revisar que la bondad de la mamá del menor de edad no la exime de la responsabilidad solidaria que tiene sobre los actos de aquel, así como no son ajenos compradores o vendedores de vehículos sin traspaso para acudir a los demás casos señalados. Con esos casos queda demostrado que por fácil o barato que parezca un negocio, lo mejor es concluirlo correctamente.

Situaciones como las descritas en estas líneas son una mínima parte del «pan de cada día» en las oficinas del Tránsito, un organismo incomprendido, al que acceden ciudadanos en busca de una solución que no está en nuestras manos, y a quienes podemos ayudar solo con una asesoría que conduzca a darle legalidad y formalidad a los procedimientos.

Por duro que parezca, de ese modo hacemos llegar una recomendación a los colombianos, pues como se lo hemos ratificado, Martín debe legalizar el traspaso, o entregar la motocicleta al que en la sucesión disponga el juez; Narda, además de tener sus documentos extranjeros al día, debe cumplir la norma del país donde se esté movilizando el automotor; Claudia debe pagar sus obligaciones y recuperar lo que es de su propiedad; y doña Teresa, facilitar la labor de las autoridades en torno a las investigaciones restringiendo que su irresponsable hijo siga haciendo de las  suyas.