En la actualidad, hablar de fotos nos lleva
a pensar en las imágenes que captamos con nuestros equipos celulares o con las
cámaras más modernas y sofisticadas que pueden existir,
esas que terminan corrigiendo las imperfecciones que se pueden registrar al momento de retratarnos. Pero
pocas veces pensamos cuándo y quién tuvo la maravillosa idea de crear un
aparato con el cual pudiéramos conservar recuerdos de momentos importantes,
recordar personajes que han marcado la historia y hasta poder guardar rasgos de momentos agradables e inolvidables
de nuestras vidas.
El 4
de septiembre se cumplieron 126 años de la creación del primer rollo y cámara
Kodak a manos de George Eastman, quien fue el fundador de la Eastman Kodak
Company e inventor del rollo de película, que sustituyó a la placa de cristal,
con lo cual consiguió poner la fotografía a disposición de las masas.
El rollo de película sería también algo
básico para la invención del cine, ya que su uso se encontraba en las
creaciones de los pioneros del cine como Thomas Edison, los Hermanos Lumiére y
Georges Meliès.
El 4 de septiembre de 1888, Eastman
registró la marca Kodak y recibió una patente para su cámara, que usaba el
rollo de película. Ese mismo año lanzó al mercado la cámara Kodak 100 Vista,
que utilizaba carretes de 100 fotos circulares y para cuya campaña de promoción
acuñó la frase «Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto». Lo más
importante es que a partir de ese momento ya no se requerían grandes
conocimientos en fotografía o en la utilización de productos químicos.
Esa cámara se vendía ya cargada y lista
para realizar las fotos. Una vez usada, se devolvía a la casa, que extraía el
carrete, revelaba las fotos y las devolvía junto con la cámara otra vez
cargada. Los precios, que hoy nos resultarían muy económicos, unos US25 la
cámara cargada, y el carrete cargado y revelado solo costaba US10, para la
época era una fortuna. La novedad se masificó
y supuso que la fotografía se
pudo extender a toda la población. Es, por lo tanto, el momento de la
popularización de la fotografía.
Ya en el año 1889 Eastman cambió el carrete
de papel por uno de celuloide, y unos años más tarde eliminó la incomodidad de
tener que devolver la cámara entera, y
comenzó la comercialización de un carrete protegido que permitía su
colocación y extracción a la luz del día.
Es en esos años cuando surge la fotografía
de aficionado, tal y como la conocemos en la actualidad.
Eastman, de carácter complejo, se hizo
multimillonario gracias a sus innovaciones. Invirtió grandes sumas de dinero en diferentes obras
benéficas. Sin embargo, su inestabilidad psíquica lo llevó al suicidio, tras padecer una enfermedad
degenerativa que le impedía caminar. Dejó una nota en la que ponía: «A mis
amigos: mi trabajo está hecho, ¿por qué esperar?».
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