El oleoducto Bicentenario de Colombia y el
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt
suscribieron un convenio que propende por
la conservación de especies amenazadas, en los departamentos de Arauca y
Casanare.
Un anuncio en ese sentido del gerente del
OBC, Fernando Gutiérrez, ratificado por la directora del Instituto
Humboldt, BrigitteBaptiste, señala que
el viernes 1 de agosto de 2014 se firmó el contrato de consultoría
‘Conservación de especies amenazadas en el área de influencia del Oleoducto
Bicentenario: un enfoque de gestión empresarial de biodiversidad y servicios
ecosistémicos’.
El propósito de ese proyecto consiste en
que el instituto elaborará una propuesta acorde con los lineamientos de la
política de gestión integral de la biodiversidad, con la fuerza necesaria para
convertirse en un referente de gestión sectorial. El diagnóstico social y
ecológico en el área de influencia del oleoducto comenzará con la formulación
de la estrategia de uso, conservación y manejo de poblaciones de tortuga
charapa y morrocoy (requerimiento previsto en la licencia ambiental de
oleoducto Bicentenario), ligado a un análisis que permita definir políticas de
conservación y gestión más acertadas y aplicadas a la realidad del territorio y
a las condiciones naturales de las especies de fauna identificadas en esa zona
de los departamento de Arauca y Casanare.
Todo ese ejercicio contribuirá a definir nuevas estrategias para la gestión a largo plazo de la biodiversidad del área, y sentará las bases para un sistema de monitoreo sustentado en información robusta, que permita hacer seguimiento e implementar las acciones más adecuadas para mantener o mejorar las condiciones socioecológicas del área de influencia del trayecto Araguaney-Banadía. La información generada será de utilidad para otros agentes involucrados con la gestión del área, como sectores productivos, autoridades ambientales, academia y otros.
Baptiste resaltó la alianza e instó al
sector empresarial, que tiene una perspectiva de trabajo ambientalmente
responsable, a «trabajar, bien sea con el instituto o con otros que tengan la
capacidad y disposición, porque el país necesita romper la dicotomía entre
ambiente y desarrollo y lo que necesita es ambiente en un desarrollo
sostenible».
Para Gutiérrez, gerente del Bicentenario,
esa alianza evidencia el espíritu de la compañía de ir mucho más allá de la
obligación legal que le impone una licencia: «Representa también la oportunidad
de acercarse a la naturaleza a través del Instituto Humboldt y su generación de
conocimiento, brindándole los recursos para llegar a estas apartadas áreas
donde los habitantes de la zona sean involucrados en la investigación»,
puntualizó.
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