miércoles, 17 de septiembre de 2014

LOS LECTORES SEGUIRÁN PREFIRIENDO LOS MEDIOS IMPRESOS

El futuro de periódicos y revistas y un perfil de la tendencia lectora.    
En la testa del director de Exégesis.

Por Jairo Cala Otero / Jefe de redacción

Cuando los pesimistas se asustaron con la aparición de Internet también pregonaron «a los cuatro vientos» que los medios periodísticos impresos desaparecerían. En nuestro entorno, lo mismo pronosticaron ellos sobre la radio cuando apareció la televisión en Colombia (13 de junio de 1954). Desde sus orígenes en 1969, año en que se hizo la primera conexión de computadoras (bautizada Arpanet), entre tres universidades en California y una en Utah, Estados Unidos, ha transcurrido la bicoca de 45 años, tiempo nada despreciable. Los pesimistas se quedaron con un palmo de narices, entonces.

Los medios periodísticos impresos siguen y seguirán teniendo vigencia por largo tiempo, de acuerdo con las apreciaciones de expertos como el estadounidense Ken Doctor, reconocido analista de medios informativos en el mundo; y las de Iñaki Gabilondo, veterano periodista español, en un foro en Bucaramanga.

Los dos expertos han expuesto las bondades y la efectividad de los periódicos y las revistas como vehículos publicitarios e informativos, en esta época transicional entre lo impreso y lo digital. Pero enfatizan en que los periódicos y las revistas impresos del mundo, por su gran papel protagónico, no desaparecerán. Es más, sostienen que los lectores prefieren los medios impresos en vez de los virtuales por varias razones. La más reciente es una investigación científica según la cual leer un texto en la pantalla de un computador resta capacidad para comprender lo leído.

Lo que sí ocurre es que los estilos de redacción, la dinámica en la presentación de las noticias y la actualización o inmediatez (al estilo de la radio) difieren entre la forma electrónica y la forma física de esos medios periodísticos. En los primeros, las notas son cortas (como se estila en radio y televisión), mientras que en los segundos hay pormenores, datos relevantes y precisiones en los que el lector está y siempre estará interesado. Demos por descontado que no todos tienen un computador en su casa para leer los diarios por Internet; que tampoco todos saben operar esos medios electrónicos, y que para una abrumadora mayoría leer en el papel es más relajante para sus ojos que hacerlo frente a una pantalla que genera ondas electromagnéticas. (Por eso cansa tanto y agota esa lectura).

Por supuesto, no hay que apartarnos del hecho cierto del cierre de muchos medios impresos en varias partes del mundo. Pero no ha obedecido estrictamente a la presencia de Internet. Si el efecto fuese tan arrollador, no encontraríamos en ningún puesto de revistas y periódicos una edición impresa de ningún diario ni de ninguna revista hoy, después de 45 años de la aparición de Internet. Factores como malas administraciones, mala calidad del producto, anacronismo en el enfoque de las noticias y la publicidad y otros son relevantes a la hora de que los lectores valoren y determinen con qué se quedan para informarse del diario acontecer.

Pero en medio de la discusión que este asunto suscita, y a contrapelo de las premoniciones de los pesimistas, están surgiendo otras alternativas de medios impresos. Una de ellas es, precisamente, esta revista que usted tiene ahora entre sus manos: Exégesis. Me pareció oportuno referirme a su aparición por dos razones: una, la que ya quedó expuesta en líneas anteriores; dos, lo que entraña constituir un medio de comunicación sin que haya tinglados de dinero al alcance, como sí los tienen quienes hoy son emporios de la información impresa en Colombia y en el resto del mundo.

Anoto una infidencia, porque me pareció simpática la posición de nuestro director cuando le notifiqué que yo escribiría este artículo. Me respondió: «Considero que es incienso del cura para la misma parroquia». Aun así, Álvaro Pérez García accedió a responder las preguntas que le formulé. Claro que su criterio es válido si nos atenemos a las voces de los criticones y los pesimistas. Pero si miramos y escuchamos a los de mentalidad abierta y sentimientos limpios, estas líneas no caen en terreno pedregoso. Le puse el ejemplo de las gallinas: cacarean la postura de un simple huevo. Pues en este caso el «cacareo» debe resonar en todo el nororiente colombiano. Porque hacer empresa no es fácil, y conquistar adeptos lo es menos a sabiendas de que hay tanto corazón oscurecido por antivalores.

Aquí, pues, el pensamiento de nuestro director:

¿De dónde nace el nombre Exégesis y qué significa?
Álvaro Pérez García (APG): El nombre es una adecuación de la labor del exégeta, que, inicialmente, era el maestro que explicaba con sapiencia los pasajes bíblicos. Por extensión, el calificativo se generalizó a todo aquel rico en conocimientos que hacía la interpretación filosófica de cualquier tema. La exégesis es eso exactamente: explicar algo con conocimiento de causa.

¿Cuándo circuló por primera vez y durante cuánto tiempo esta revista?
APG: La publicación se hizo en 1990 (noviembre y diciembre) por primera vez, y alcanzó diez números durante 1991.

¿Qué motivación existió para reanudar la publicación en esta segunda época?
APG: La falta de un medio escrito con contenido de calidad y de variada temática me llevó a reanudar la publicación, luego de regresar a Arauca. Estuve diez años desvinculado de la región debido a amenazas de la guerrilla.

¿Qué influencia puede tener la presencia de Exégesis en Arauca y otras ciudades del oriente colombiano?
APG: La influencia será, necesariamente, sobre la gente ávida de conocimiento. Se proponen temas que son abordados sucintamente por otros medios, solo a guisa


de información, pero sin darle a la gente elementos concretos para que los digieran. Ahora los mandatarios regionales hablan de unir esfuerzos para alcanzar el desarrollo en sus respectivas zonas. De ahí nace la primera parte de nuestra misión: «Construir región». El nororiente está llamado a integrarse y nosotros queremos servir a los intereses de esa integración.

¿Cómo se define su línea editorial y por qué?
APG: Es una línea de análisis, absoluto manejo a profundidad de los hechos que acaecen en toda esta región de Colombia; y eso es lo que persigue nuestra segunda parte de la misión: «Formar opinión». Sin creernos el cuento de que todo lo sabemos, buscamos auténticos especialistas en cada tema para ofrecer el análisis que penetre en el conocimiento del lector y genere sentido de pertenencia por la región. Con este patrón definimos el perfil de cada columnista. La línea editorial tienen un porqué: mantenerse en un concepto periodístico independiente y, por ello, no acercarse a ninguna orilla para potenciar el prisma de centro que nos permita observar las cosas con mayor amplitud, pero sin militancia.

¿Cómo califica el periodismo que se aplica en Exégesis?
APG: Es un periodismo serio, centrado, dispuesto a aplaudir lo bueno y a censurar lo malo; crítico, si se quiere. Rescatando algo que el gremio ha olvidado: la investigación; y con un reto grande y riesgoso al frente: la corrupción, el flagelo que ha causado tanto daño como el de la guerrilla, el paramilitarismo y el narcotráfico juntos.

¿Es una empresa titánica, o hay «ángeles financistas» que la sostengan?
APG: Es empresa titánica, pero claro que existen ángeles financistas: son los anunciantes. En nuestras páginas van a observar muchos anuncios de empresas privadas, son las que realmente sostendrán el periodismo que, osadamente, propone Exégesis: construyendo región, formando opinión.

Antes de poner mi punto final, probablemente el lector coincida conmigo en que valía la pena revelar esos detalles ─aunque minúsculos, no dejan de ser importantes─ que el director accedió a contar. Ahora usted tiene más elementos de juicio para analizar, valorar y apreciar este nuevo medio periodístico del oriente colombiano con asiento, por ahora, en Arauca.

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