jueves, 4 de septiembre de 2014

REFORMA A LA SALUD

El paciente es el centro de nuestro trabajo 

Por: Álvaro Pérez García

«Hay que humanizar el sistema, meter en cintura a las EPS, aplicar la prevención y promoción como políticas públicas. El Estado debe asumir el costo social para cualificar los servicios de salud.

Diagnóstico temprano y tratamiento pronto; eso debe contener una normatividad humanista, una Ley prevencionista, integral, igualitaria»


Es claro que la situación social en Colombia está empeorando y toda nuestra sociedad pide a gritos una reforma a la salud, comenzando por el propio sistema hospitalario. El olvido de las actividades de prevención ha atosigado al sector, la actuación irresponsable de las EPS que, de un lado se lucran y, de otro, descargan su responsabilidad en las IPS y ESE, fomentaron el caos que sobre toda la normatividad expedida aun sigue irresoluto.

Para quien su día a día es la atención de pacientes en un hospital, la percepción de prestación del servicio cambia radicalmente; de ahí que el médico araucano Ricardo Alvarado Bestene, director de servicios hospitalarios del Hospital Universitario San Ignacio, destaque que la atención con calidad debe verse como un costo social y, por tanto, económicamente valido para el sistema como para los afiliados.

Exégesis acompañó al profesional llanero durante la intervención ante la Comisión séptima del Senado, donde por iniciativa del Ministerio de Salud, fue invitado para exponer sus conceptos y enriquecer el debate sobre la reforma de la salud.

                                    Ricardo Alvarado Bestene

Fue enfático en señalar ante los senadores de esa célula legislativa que ponderan, entre otros temas, la seguridad social de los colombianos, que el actual sistema de salud en Colombia es un sistema fallido; hipótesis que compartió con  Juan Carlos Giraldo, Director General de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas –ACHC-.

Alvarado propuso un sistema de salud universal, con diagnóstico temprano y sin barreras de acceso; por ende, una Ley igualitaria y humanista, donde el paciente sea el centro de todo su contenido.

El doctor Alvarado Bestene cree que es el momento de un reemplazo inteligente pues, en refiriéndose a la actual Ley, considera que tiene algunas cosas positivas que deben fortalecerse para preservar lo construido.

Exégesis: Congestión, falta de recursos, mala atención, crisis; todo esto es un galimatías ¿Dónde radica el verdadero problema?

Ricardo Alvarado Bestene: El tema es el hacinamiento, las deudas, la mala atención que agudizan la crisis; las largas filas, los pacientes acomodados a duras penas en los pasillos, el desborde de las urgencias, las deudas a los hospitales públicos: Esto debería ser ajeno a quienes prestamos el servicio, a quienes estamos sentados en el día a día en la atención de urgencias, eso no debería ser un condicionante.

¿Entonces quien asume el costo?
El pagador debería ser el Estado de alguna forma, no importa a través de qué mecanismo lleguen los recursos, pero debería ser indiferente para quien necesita el servicio.

¿Se aplican factores de oferta y demanda en la salud, eso es concomitante con la calidad del servicio?
No puede seguir siendo lo que hasta ahora ha sido, una cuestión de oferta y de demanda. Desafortunadamente el Estado dejó que se regularan esos factores por las entidades prestadoras de servicio, pero la discusión no se puede circunscribir al tema de la oferta y la demanda, yo quisiera que pensáramos nuevamente en el ser humano.

Si hacemos un recorrido, no el paseo de la muerte, un paseo sobre lo que es realmente la atención de urgencias en el sistema actual, descubriremos que todos los hospitales presentan sobreocupación y la afluencia de pacientes genera un desequilibrio entre la oferta y la demanda de servicios.

Discutir, como se está proponiendo en la reforma, si debe ser una ley estatutaria o una ley ordinaria, no es la prioridad; deberíamos empezar por el reconocimiento, si somos o no parte de ese derecho fundamental que nos atañe

Por ejemplo, una persona busca que la traten con empatía, de forma digna, y con la rapidez y la capacidad técnica adecuada de su enfermedad y sobre todo que tenga la percepción de que es tratada de la mejor forma posible y no esperando sentado en una silla ese largo proceso que implica la prestación de un servicio. En asunto de salud no se pueden aplicar políticas de mercado, debe imperar el sentido humanista; que lo entiendan, que lo reconozcan con el debido respeto, con el respeto hacia su derecho más simple de reconocérsele como ser humano.

¿La congestión en urgencias la causa el paciente y obedece al uso inadecuado, qué busca? ¿Por qué va la gente a urgencias?
Sobre este aspecto hay muchos interrogantes habida cuenta que es el principal factor de congestión hospitalaria. La Asociación de Clínicas y Hospitales, realizó una encuesta donde aumentó en dos años un 13,7 por ciento y un 46 por ciento de ese universo de usuarios no correspondían a la condición de urgentes, pero esa es la precepción del prestador.

Nosotros, en el Hospital San Ignacio, aplicamos un estudio propio, que nos conectan más con la gente: el 23 por ciento aseguró que las citas por las EPS son demoradas, la realidad es que para el 15 por ciento es complicado pedir una cita por consulta externa y si no la logra ¿a dónde creen que van? Pues a Urgencias. Un 15 por ciento afirma haber asistido a la consulta pero no le resolvieron el problema y el 13 por ciento afirmó que le gusta la calidad de estos servicios; con un valor agregado, nunca cierran. Esto pareciera bobada, pero es cierto, escogen el horario en que pueden ir porque las EPS no tienen esa disponibilidad. En síntesis, las urgencias son la puerta de entrada más fácil al sistema.

Dejo aquí estos interrogantes para que sus lectores analicen: ¿Será que las EPS están haciendo lo que les toca? ¿Será que se está haciendo la búsqueda activa? ¿Será que las actividades de prevención y promoción se están haciendo?

Si la demanda inducida, la que nos vendieron con el acuerdo 117, aquella en la cual nos enseñaba sobre la asimetría de la información; ese concepto en el cual nosotros, como poseedores del conocimiento, estábamos obligados a buscar al enfermo, ¿lo estamos haciendo? O ¿lo cumplen las EPS?
Yo creo que es hora de que nos preguntemos si todos los actores del sistema estamos haciendo lo que nos toca.

¿Cuáles son aspectos que, por su conocimiento, deben prevalecer y estar incluidos en la reforma?
Que el sistema de salud sea menos complejo, que sea universal, sin barreras de acceso, que esa ley 1438 que  planteó la posibilidad de la atención primaria como el elemento fundamental a desarrollar no quede en el tintero, que se haga la demanda inducida, que busquemos el paciente, que no esperemos que se enferme, que tratemos al paciente sano, que haya políticas claras de prevención y promoción, que haya atención oportuna, que haya diagnóstico temprano y tratamiento pronto; eso significa de alguna forma, una normatividad humanista, una Ley prevencionista, integral, igualitaria; donde el concepto de territorialidad no esté sujeto a mantener ese rezago histórico en el que han estado muchísimas regiones y que se acrecentaría con la creación de entre diez y quince distritos, condenando algunas zonas a su suerte, sin acceso a los servicios de salud.

Quisiera pensar que eso está previsto por los congresistas, que haya reglas claras y que se cumplan, puesto que en  los años de vigencia de la ley 100 hemos conocido una serie de actos reglamentarios, todas las reformas, viendo tristemente transitar muchísimas normas, muchísimas leyes pero pobre cumplimiento.

La Defensoría del Pueblo, lo decía que el 67,8 por ciento de las tutelas en salud son procedimientos incluidos en el Plan Obligatorio de Salud, más del 65 por ciento de la población está afiliada a EPS intervenidas, en liquidación o en vigilancia especial y los casos de corrupción han desviado los recursos del sistema de salud es muy complicado porque tiene muchos trámites;  por eso enfatizar en lo que le preocupa al paciente, insisto, no podemos olvidarnos de él, del ser humano que llega y toca las puertas del sistema.

Utilización racional del recurso y finalmente, algo que me preocupa, que con la reforma se deroguen una serie de elementos que pueden ser utilizados en contra de ese paciente, al que yo quiero salvar. 

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